Equipo de Debate Público

Jaime Parra Gallardo
Si se piensa en una guerra uno imagina tanques, aviones, bombas, desplazados, muertos, etc. No se piensa en que existe una guerra permanente por controlar la opinión de las masas de ciudadanos, influir en sus decisiones y, por ende, que actúen de cierta forma ante eventos puntuales. La propaganda, hoy llamada publicidad, no se ha remitido al espacio del comercio de bienes y servicios, sino que ha sido un eje fundamental para la implantación de conductas dentro la población, haciendo uso además de técnicas de psicología de masas. Si intentamos descifrar estos conceptos dentro del campo de los noticiarios de la prensa hegemónica, notaremos la intencionalidad de la noticia, el énfasis de ciertas temáticas sobre otras, la ocultación de información, la tergiversación, o por el contrario la exageración, la repetición infinita y el tratamiento simplista de temáticas extraordinariamente complejas e importantes y el habitual corte humorístico al final del listado de noticias, hablando de mascotas, chascarros, noticias banales del espectáculo, etc. Con un único fin, de que el ciudadano se quede con esta última noticia y no con ese listado de pseudo información que le han brindado y en el cual jamás profundizarán.
Evidenciando que nuestro país sufre de esta manipulación mediática constantemente y que desgraciadamente funciona muy bien, es que surge la inquietud por intentar levantar un pequeño medio de comunicación en redes sociales con la intención de abrir ciertos debates y temáticas que no son tratados por estos medios de prensa hegemónicos. En este sentido, la revuelta social de octubre de 2019 es el gatillante. La información oficial de los hechos relatados por los medios de comunicación distaba mucho de lo que uno podía ver y constatar en las calles y en las redes sociales, pudiendo comprobar la manipulación, el ocultamiento y la tergiversación de la información como en el caso de la quema de algunas estaciones del metro de Santiago.
Tomada la decisión, se crea Debate Público. Que no es ni remotamente un medio de comunicación formal, pero que tiene un sentido de dignidad y compromiso ciudadano al plantear los temas. Con el único objetivo que a alguien, desde el otro lado de la pantalla, le hagan sentido sus temáticas y pueda encontrar en este espacio un lugar para la reflexión sobre la contingencia de su diario vivir, ya sea en el ámbito político, social o cultural y así, poco a poco, ir creciendo en la conciencia de que un cambio de modelo de vida de toda la sociedad es necesario, urgente y que requiere la participación de todos.

Marlene Núñez Ramírez
El proceso social vivido en nuestro país desde 2019 a la fecha, con todas sus consecuencias, nos ha reforzado a todas las generaciones la necesidad de romper el círculo de la hegemonía de las comunicaciones, porque hoy más personas podemos darnos cuenta claramente de su absolutamente vigente servicio al poder establecido por la fuerza en nuestro país, desde el golpe civil militar de 1973.
Ante el problema de la desinformación generalizada en que se nos mantiene con intención deliberada y ante el sesgo ideológico de la información emitida y, hasta de las simples y vulgares mentiras canalizadas por los medios de comunicación del poder hegemónico y de sus redes sociales afines, que han cerrado el debate público plural, encuadrándolo solamente a sus intereses, consiguiendo con ese proceder, mantener a la población receptora engañada respecto a la realidad que perciben de su país y del mundo, es que surgen iniciativas populares como la de Debate Público, que suma en ser un pequeño espacio en donde la voz del pueblo marginado tiene cabida para sumarse a la necesaria comunicación a través de la conversación, la deliberación, el análisis político, el intercambio de puntos de vista y en síntesis, al debate público en igualdad de condiciones, como se entiende propio de las sociedades equilibradas.
Colaborar en esta tarea titánica a pesar de no tener conocimiento formal en materias de las comunicaciones, es una osadía, pero las motivaciones se desprenden del problema comunicacional descrito y de sus nefastas consecuencias que incluyen la dificultad para generar los cambios sociales urgentes.
Por otro lado, inspira la convicción de que este proyecto, por pequeño que sea puede aportar a la comunicación y, es de esperar que siga creciendo con la firme voluntad popular de quienes lo iniciamos y lo sostenemos, de quienes se interesan en canalizar aquí sus propias voces y de quienes se interesan en recibir y difundir los mensajes.

Nelson Campos Villalobos
La DESIGUALDAD es el principal factor de violencia con la que una sociedad envuelve a sus ciudadanos y ciudadanas, si bien, es problema complejo, es responsabilidad del estado generar soluciones integrales y este estado definitivamente no quiere generar igualdad.
Las bases de esta desigualdad son esencialmente factores como la discriminación, la falta de acceso a la salud, la educación, la vivienda y también se expresan en desigualdad de ingresos, ya sabemos las enormes brechas en este país y en el mundo que genera el modelo neoliberal, desigualdad de oportunidades, donde la meritocracia se transforma en una burla para la población, la desigualdad de género donde la diferencia de sueldos persiste entre hombres y mujeres, entre muchas otras.
Todos estos “factores” estuvieron en la base de la revuelta de octubre 19 y es muy probable que estén también en las posibles revueltas del futuro, si la sociedad no construye acuerdos para disminuir esas desigualdades que afectan la salud mental y la calidad de vida de la ciudadanía.
La desigualdad en el acceso a la información y en el acceso a espacios donde las y los ciudadanos que tiene propuestas de desarrollo territorial diferentes a los que la oligarquía dominante impone en sus medios de comunicación, me hizo unirme a DEBATE PUBLICO y ahora a este espacio de difusión, pues independiente de la masividad, siento que estoy en el lugar donde se está dando la batalla para disminuir la brecha de desigualdad en este ámbito que tenemos los ciudadanos y ciudadanas de este país.
Lo que pensábamos en agosto de 2020, casi un año después de octubre de 2019:
"Abrimos el debate público para plantear y recoger opciones de deliberación política que sirvan al diseño y la construcción colectiva del nuevo proyecto político, cultural, social y económico; necesidad popularmente acelerada por el movimiento social en curso desde octubre del año pasado y, en donde la Pandemia del COVID viene a reforzar que el desastre es tal, que sólo la Asamblea Constituyente demandada públicamente desde hace más de 30 años, tiene la facultad del Poder Constituyente que puede provocar un cambio en la base del modelo económico, político, cultural y social instaurado constitucionalmente y por la fuerza , en nuestro país."